Qué soy. (Sin lo que soy, no soy.)

Qué soy. Ojalá pudiera decir que soy lo que quiero ser. Que soy una persona feliz. ¿Existe gente que pueda afirmar esas cosas? Yo seguro que no. Tampoco soy infeliz. No siempre. Tengo muchos momentos infelices, sí, y muchos felices, y muchos grises. Pero va todavía más allá que eso. No me podría limitar a ser simplemente una persona feliz/infeliz y ese tipo de cosas. Yo soy mucho más. Soy una mezcla de momentos, de sentimientos, de huellas de otras personas, de fragancias, de texturas, de colores, de sueños y pesadillas, de historias, de amores y odios, de promesas, de paisajes, de risas y llantos, de avances y retrocesos, de palabras y silencios, de errores y aciertos. Soy las películas que miré cuando estaba triste y necesitaba llorar, y las de los domingos a la tarde cuando estaba aburrida . Soy los lugares mágicos que conocí y las personas bellas que me acompañaron. Soy las palabras que dije y las que me guardé y todavía tengo atragantadas. Soy lo que soñé cuando era una nena y dejé escondido en algún lugar. Soy las risas a las bromas tontas de mi papá. Soy las lágrimas cuando no encuentro una salida. Soy los libros que leí mil veces y los que nunca volvería a leer. Soy las canciones que me hicieron sentir viva y las que me acompañaron en los peores días. Soy la suavidad y el aroma de mis sábanas recién cambiadas. Soy las mentiras que dije y las verdades que tuve que gritar. Soy las veces que brindé por lo mejor. Soy los abrazos y los golpes que di y que recibí. Soy los nudos en la garganta que cada tanto me paralizan. Soy las veces que me quedé sin voluntad para salir de la cama y enfrentar la vida. Soy mis miedos y mis motivaciones. Soy mil y un intentos. Soy las sonrisas que intercambié. Soy mis ilusiones y decepciones. Soy las duchas de agua caliente que aprovecho para pensar. Soy la heroína de mi perra. Soy lo que veo cuando cierro los ojos. Soy las madrugadas que pasé despierta. Soy los consejos que tomé muy tarde. Soy el recuerdo de mi primer beso. Soy mi mejilla rozando el cabello negro de mi mamá cada vez que me consuela. Soy un corazón que sabe que siempre puede regresar a casa. Soy los cafés de medianoche. Soy lo que aprendí y lo que todavía me falta. Soy las palabras de cariño que recibí de mis abuelos cuando no las merecía. Soy incertidumbre y ansiedad. Soy mis cajas de recuerdos que a veces me da miedo abrir. Soy las cosas que amo hacer aunque a veces me olvide de mis pasiones. Soy las tardes de muñecas, bailes, secretos, y juegos con mi hermana. Soy los planes que nunca concreté. Soy la que a veces se ahoga en sus pensamientos. Soy mis creencias de antes y las de ahora. Soy el sol en mi cara un día de primavera. Soy todo lo que hice para quererme y que me quieran. Soy las cosas buenas y también las malas que me pasaron. Soy las veces que me lastimaron y las veces que yo lastimé. Soy las veces que agradecí y me agradecieron, las que pedí perdón y me perdonaron. Soy mi rutina y soy las cosas que sé que nunca más volveré a vivir. Soy las veces que me quedo mirando a mi hermano y muero de amor. Soy mis orgullos y mis arrepentimientos. Soy las veces que pensé que iba a morirme. Soy las personas que crucé en mi camino. Soy el chocolate caliente en invierno que tanto me gusta. Soy lo que gané, lo que perdí, y lo que gané aunque perdiera. Soy los amigos que coseché y los que se alejaron. Soy cada partido de fútbol que me hizo sufrir como si no hubiera nada más importante para mí. Soy mis obstáculos y mis limitaciones, y también mis ganas y esperanzas. Soy todas mis preocupaciones. Soy el tiempo que perdí y el que aproveché. Soy las frases y las imágenes que quedaron marcadas para siempre en mi memoria. Soy demasiadas cosas.<< Soy lo que he vivido y lo que me queda por vivir >> No, no sé exactamente qué soy. Pero sé que sin lo que soy, no soy.